Sunset Boulevard.

Joe Gillis, un guionista del tres al cuarto que no encuentra productora que acepte ninguno de sus guiones, es perseguido por sus acreedores y en una loca carrera en coche por evitarlos acaba llegando a una mansión, pero no a una cualquiera, a la mansión de una antigua estrella del cine mudo que vive allí con la única compañía de su mayordomo. La actriz le acaba pidiendo a Joe que corrija un guión escrito por ella misma, el guión que la hará volver al cine.

Sunset Boulevard se podría ver cómo lo que significo el cambio del cine mudo al cine sonoro, lo que significo para todos esos actores que se quedaron sin trabajo, ya que muchos no tenían el arte suficiente para interpretar con la voz, magníficos mimos por supuesto, pero no eran capaces de transmitir con las palabras lo que transmitían con su cuerpo.

También es la historia de lo efímero de la fama, de los intereses del mundo del espectáculo. Del como todos te rodean y aclaman cuando estas en lo alto de tu carrera y de como luego pasan de ti, nadie te quiere en sus proyectos y los viejos amigos te abandonan. Bueno, sería inevitable contar lo uno sin lo otro.

Genial crítica al mundo de Hollywood.

El genial Billy Wilder dirigió en 1950 esta magnífica cinta, una de las obras maestras de su filmografía, con Charles Brackett, D.M. Marshman Jr y el mismo encargándose del guión. La música la puso Franz Waxman y la pasta Charles Brackett.

Gloria Swanson da vida a nuestra alocada actriz caída en desgracia.

William Holden interpreta brillantemente a Joe Guillis.

Erich von Stroheim es Max, el mayordomo.

La película no se hace pesada en ningún momento, a nivel actoral todos cumplen y Swanson brilla en su papel, la fotografía en blanco y negro es buena y la duración de la cinta exacta, no le sobra ni le falta nada. La verdad es que cuando la vi me encanto, ahora tengo en mi agenda cinéfila Testigo de cargo, también del gran Billy, cuando la vea la comentaré por aquí.